El peso de la nueva economía digital alcanza casi el 20% del PIB mundial según estimaciones del BCG y Adigital en 2020. La crisis de la COVID-19 ha demostrado hasta qué punto las tecnologías digitales son la red que permite sustentar gran parte de la economía, también en etapas de crisis. No solo han facilitado el teletrabajo, sino que también las plataformas de envío han mantenido con vida a miles de establecimientos que han podido vender online. Las plataformas de acceso a contenidos han mantenido entretenidos en el confinamiento a millones de personas, por su parte las redes sociales y las plataformas de videollamada han conseguido que el confinamiento no fuera un aislamiento del mundo y de los seres queridos. La mayor demostración de la relevancia de las plataformas salta a la vista cuando analizamos las 10 primeras compañías por capitalización bursátil del mundo. Seis empresas de EEUU y dos chinas están directamente relacionadas con la economía digital y la creación de plataformas digitales.
La “plataformización” de la economía es una dinámica reciente, con apenas algo más de una década, pero de tendencia imparable. Cada mercado tradicional que tenga asimetrías de información o altos costes de transacción es susceptible de ser intermediado por una plataforma digital que reducirá los costes en la relación entre oferta y demanda. Así ha ocurrido ya en el sector del alojamiento con plataformas como Airbnb; en el de la movilidad urbana con plataformas como Uber, Cabify, Car2go, Zity, etc. El Observatorio de la Economía de Plataformas de la UE estima el Valor Agregado Bruto de las plataformas tecnológicas en Europa en 42.000 millones de euros al año, sin incluir al sector de viajes, lo que supone ya un 2,7% del PIB europeo.
Ese observatorio calcula en 10.000 las plataformas digitales que existen actualmente en Europa, aunque muchas son startups y todavía el grueso de los ingresos (69%) se concentra en torno a siete grandes empresas. La mayoría de los europeos interactúa con alguna plataforma a diario y está demostrado que son aceleradoras de la digitalización y la innovación.
En el otro extremo, al ser disrruptores de sectores económicos, a corto plazo las plataformas están creando problemas a los que la sociedad ha de enfrentarse, como por ejemplo en el caso de Airbnb, su impacto en el sector hotelero y en el panorama urbanístico de las ciudades o en el caso de Uber, en el sector del taxi. De todos modos las plataformas también pueden ayudar a resolver problemas como la integración social. Oscar del Río, CEO de Interacso, explica en esta Charla de Plena Inclusión qué tipos de plataformas existen y cuáles son las claves para crearlas, ayudando así a la comprensión de tan reciente y complejo fenómeno.