La revolución de la IA está en pleno apogeo, transformando la forma en que trabajamos y creamos contenido. Las grandes tecnológicas están desplegando lanzamientos significativos: hace unos días Google sorprendió con el modelo de lenguaje natural Gemini 1.5 y poco después, OpenAI contraatacó con Sora, capaz de generar vídeos realistas de hasta 60 segundos a partir de lenguaje natural.
Sora y Gemini, como tantos otros modelos que están por venir, prometen ser herramientas que cambiarán la forma de interactuar con la información y, por lo tanto, también de trabajar. Este contexto de grandes lanzamientos e innovaciones es una gran oportunidad para las empresas, puesto que todas las innovaciones apuntan a la eficiencia. Según McKinsey, los sistemas de IA ahora tienen el potencial de automatizar actividades laborales que absorben entre el 60% y el 70% del tiempo de los empleados.
La mejora de procesos en las organizaciones es un muy buen punto de partida para comenzar a probar esta tecnología en un entorno controlado y lograr escalar posteriormente. Además, los procesos dentro de las organizaciones son cruciales para mantenerse competitivas y al aumentar su productividad haciendo más atractiva su propuesta de valor.
Por otra parte, esta misma velocidad del mercado de la que hablamos puede resultar abrumadora, bien porque no se dispone del tiempo o de los recursos necesarios para estar actualizados con tanta rapidez y hacer pruebas sobre cómo las nuevas herramientas de IA ayudan a optimizar los procesos de las organizaciones. El mero hecho de poder detenerse a pensar si nuestros procesos son eficaces y cómo podrían mejorarse, muchas veces representa un desafío, especialmente si nuestros equipos están centrados en la propuesta de valor.
Entonces la pregunta es, ¿cómo podemos comenzar a probar la eficiencia que otorgan las nuevas herramientas con IA dentro de la organización?
El 50% del trabajo es comenzar, lo primero es cambiar la mentalidad de “lo hacemos porque siempre se ha hecho así” a “hackear o cuestionar nuestros procesos actuales”. Tal vez es lo que más esfuerzo requiere, pero es lo que proporcionará buenos resultados a largo plazo.
A partir de este punto las recomendaciones son completamente prácticas. Estas son algunas de ellas para que puedas arrancar en tu negocio:
Tu equipo es la clave para identificar las áreas críticas de mejora
Pide a las áreas que hagan un listado de las tareas que consideran repetitivas o de bajo rendimiento, es decir aquellas que piensas que podría hacer la IA. Posiblemente para esto necesites explicarles el alcance y las posibilidades de la tecnología y cómo ciertas herramientas les pueden ayudar.
Define sobre cada proceso cuál es su situación actual y cómo te gustaría que fuera
Tener una visión clara de la situación actual es crucial para poder establecer un punto de partida y una meta. Sin una hoja de ruta es fácil perderse por el camino.
Prioriza por máximo impacto y mínimo esfuerzo
Decidir qué procesos atacar primero es fundamental, te recomendamos hacerlo por aquellos que:
- Menos dependencias tengan. Para comenzar, lo más conveniente es elegir procesos sencillos que no afecten a la cadena de valor principal del negocio. Las intervenciones en este tipo de procesos no perturbarán las operaciones existentes.
- Menos esfuerzo requieran. Elige aquellos que se puedan solucionar fácilmente, aquí la opinión de tu equipo técnico es clave. En un ciclo de ejecución y entrega ágil de digitalización y automatización con IA es crucial buscar “quick wins”.
Organiza ciclos de intervención cortos
En un entorno ágil, los ciclos de trabajo cortos son esenciales para facilitar la adaptabilidad, la entrega continua de valor y la mejora constante. Estos ciclos permiten obtener retroalimentación rápida, ajustándose a posibles cambios y reduciendo riesgos de implementación. Además, al dividir el trabajo en iteraciones manejables podemos conseguir una planificación más efectiva y eficiente.
Construye un equipo de intervención fijo
Aunque la flexibilidad es esencial, intentar mantener la consistencia en el equipo en la fase inicial a menudo proporciona una toma de decisiones más eficiente. Esto proporcionará estabilidad al equipo y las operaciones, facilitando la comunicación y coordinación, algo crucial en un entorno ágil. Además conseguirás un conocimiento profundo del proyecto y mayor eficiencia en la ejecución de tareas.
En conclusión, recomendamos priorizar los procesos con mayor autonomía dentro de la organización y de intervención rápida, cuya mejora no perturbe las operaciones existentes. Ya llegarán los procesos más complejos, las mejoras por pequeñas que sean siempre van a liberar a los equipos de tareas rutinarias. Lo importante es comenzar, si no cuentas con los recursos suficientes puede que quieras contar con nuestro squad de implementación rápida.