El trabajo en remoto siempre ha sido una especie de Santo Grial del trabajo del futuro. Perseguido desde hace décadas con nombres que ya empiezan a sonar anticuados como el de “teletrabajo”, la verdad es que la tecnología no permitía hasta ahora esa mezcla de flexibilidad y control que tan importante es para las empresas.
El trabajo en remoto se enmarca dentro de lo que se denomina el “salario emocional” de una empresa. En este concepto se incluyen todas aquellas remuneraciones no económicas pero que mejoran la calidad de vida del empleado y fomentan el buen clima de la organización y que los expertos consideran esencial para la captación y retención del talento a día de hoy. De hecho está ampliamente demostrado que el trabajo en remoto aumenta el compromiso del trabajador y que sus dos claves son: la comunicación y la confianza.
El trabajo en remoto se enmarca dentro de lo que se denomina el “salario emocional” de una empresa.
La tecnología, en especial las aplicaciones de trabajo colaborativo, permite hoy trabajar en remoto con el mismo o mayor control sobre la ejecución de las tareas y el cumplimiento de los objetivos que el que se tenía cuando todos los empleados tenían que estar obligatoriamente presentes en la sede. A esto se une que la nueva generación de colaboradores que se incorporan a las empresas provienen ya en su mayor parte de una generación, los millennials, a la que los sociólogos asocian características como: una mayor búsqueda de flexibilidad, bienestar, balance entre trabajo y vida personal, productividad basada en la tecnología y búsqueda de conexiones.
Esa coincidencia de tecnología habilitante y generación demandante hará, sin lugar a dudas, que el trabajo en remoto sea una realidad a gran escala en pocos años. Hoy, según estudios del Monitor de Adecco, apenas una de cada catorce personas ocupadas realizó total o parcialmente teletrabajo en España en 2018. Esto supone un 7,4% de los empleados en España y que solo un 27% de las empresas lo ofrecen (algo que solo sube al 35% en la media europea). Sin embargo, un estudio de Randstad concluye que un 69% de los trabajadores preferiría esta modalidad de trabajo y que un 60% de los puestos de trabajo actuales ya serían aptos para ejercerse en remoto solo con un teléfono y un ordenador.
Un 69% de los empleados querrían teletrabajar, pero hoy solo el 7,4% lo hacen
También está demostrado que el trabajo en remoto no es para todo el mundo, que hacen falta unas cualidades esenciales que conducen a su éxito. Estas son una gran autodisciplina y un deseo claro de independencia. Sin ellas muchos trabajadores llegan a sentirse perdidos, excluidos y desmotivados frente a su experiencia tradicional de asistir presencialmente a su lugar de trabajo. De hecho, para los que tienen esas cualidades el peligro es el opuesto, que nunca terminen de trabajar, que no desconecten y no consigan ese equilibrio entre su vida laboral y personal. Que no sientan que hay un lunes, pero que tampoco sientan que hay un viernes cada semana.
Para nosotros en Interacso, el trabajo en remoto nació con nosotros. De hecho fuimos durante un tiempo, en nuestros inicios una empresa sin sede, cada uno trabajando desde su casa. Hoy, ya con una sede y consolidados como empresa, el 50% del equipo está habitualmente fuera de la sede en Madrid y la mayor parte de ellos trabajando desde sus entornos familiares y de amigos, desde Alicante, Almería, etc, desde donde se sientan más a gusto y más productivos.
Para esto son esenciales herramientas tecnológicas como Asana, Slack o nuestro simpático chatbot que cada mañana nos hace tres preguntas: ¿en que vamos a trabajar hoy?, ¿en qué trabajamos ayer? y si tenemos algún bloqueo.
Con la aplicación Asana tenemos una gestión de tareas de modo que en cada momento todos sabemos lo que tenemos que hacer y en que tiempo ha de estar hecho. Es verdad que previamente ha habido que realizar el trabajo de dividir cada proyecto en tareas con sus hitos y fechas, aquí es importante contar con personas que conozcan ambos mundos, el del negocio y el de los desarrolladores.
También es esencial contar con una herramienta como Slack que crea un entorno de comunicación y de trabajo que simula la empresa y su entorno de proyectos y que evita la confusión y la dispersión del clásico mundo del email que ha dejado ya de ser una herramienta de productividad para convertirse en un ladrón de tiempo.
Estas herramientas que tienen pocos años (desde el 2011 Asana y desde el 2013 Slack) eran ampliamente usadas por empresas de Silicon Valley y se han trasplantado ahora con gran éxito a empresas de nuevo cuño como la nuestra. Esto, unido a la facilidad de utilizar repositorios para el código y plataformas para el control de versiones, como GitHub o Bitbucket, nos dan la infraestructura tecnológica básica para ser a la vez empresas eficaces para responder a los proyectos con nuestros clientes y que cada uno en Interacso pueda gestionar su propio tiempo.
Para esto son esenciales herramientas tecnológicas como Asana, Slack o nuestro simpático chatbot
Por eso es por lo que en el título de este post se planteaba esa estrecha relación que existe hoy entre el trabajo en remoto y la atracción del talento.