Hoy es un día para recordar la lucha de siglos de mujeres en el área de la ciencia, la tecnología, los negocios, la sociedad. Mujeres como Ada Lovelace poseedora de un pensamiento francamente revolucionario para la época y cuyo legado hace posible la transformaciones que hoy seguimos experimentando.
Pero sobretodo creemos que es un momento para que nosotras, las empresas, nos miremos en profundidad. Es preciso preguntarnos sobre la inclusión y la diversidad más allá del porcentaje que suponen las mujeres en las empresas, ¿La diversidad forma parte de nuestra cultura? ¿Tenemos suficientes líderes mujeres? ¿Estamos promoviendo la igualdad?
En este sentido hay mucho por hacer y cuando realmente sea un objetivo cumplido, seremos mejores de lo que jamás hayamos sido antes. Porque personas de géneros, razas y pensamientos diferentes se sentirán seguros en nuestras organizaciones, tendrán más fe en sus habilidades, sabrán que su voz será escuchada y tomarán parte en las decisiones del equipo.
La consecuencia será, por defecto, un clima apropiado para el debate, el desacuerdo, la discusión que enriquece y la certeza de que la contribución puede venir de cualquier persona. También sentiremos una mayor identificación del equipo con los objetivos de la empresa.
Las organizaciones ya no somos un reflejo social sino agentes del cambio y no debemos conformarnos con un incremento en las cuotas de representación. Más que la evolución paulatina podemos agilizar el cambio. Podemos crear la disrupción.
Reciprocidad de Hyro, con esta obra la artista quiso restar importancia a la condición biológica del individuo
