El 2023 ha sido el año de la popularización de la Inteligencia Artificial. Gracias a herramientas como ChatGPT cualquier persona es capaz de mantener conversaciones con la IA de una forma intuitiva y natural. Sus algoritmos entienden lo que preguntamos y responden inmediatamente.
Este avance no se limita al ámbito del lenguaje: herramientas como Dall·e, MidJourney y Stable Diffusion han democratizado la creación de imágenes, sin que necesitemos ninguna habilidad especial más que la de imaginar. La facilidad de uso de estas herramientas ha sido un factor clave no solo en el asombro inicial que provocaron, sino también en su rapidísima adopción. “La IA es capaz de hacer muchas tareas y maneja muy bien el lenguaje porque ha sido programada con base en sus reglas. Sin embargo, es importante recordar que, a pesar de su avanzada tecnología, la IA no posee conciencia propia”, comenta Santiago Colomo, especialista en Interacso de esta tecnología.
La IA ha llegado más bien para extender nuestras habilidades profesionales y agilizarlas. Nos permite desde escribir emails más rápidamente, resumir documentos, corregir, mejorar lo que escribimos y hasta “generar” ideas iniciales. La IA es hoy lo que en las últimas décadas representaron las herramientas de Microsoft Office; transforma el trabajo diario como lo hicieron los procesadores de texto o las hojas de cálculo. También ha planteado dudas en términos de ética, sesgo y gestión de datos como lo hicieron estas primeras herramientas. “Son perfectas para acortar el tiempo de realización de tareas rutinarias, cuando nos enfrentamos a grandes cantidades de información, incluso en problemas más complejos para descartar las soluciones más obvias o las no tan obvias pero que requieren análisis de mucha información”, concluye Santiago.
El proceso de adopción y transformación de la tecnología, que se ha producido a escala personal , ocurre también dentro del entorno empresarial. Las organizaciones de diversos sectores están incorporando la IA en sus soluciones digitales y están optimizando sus procesos internos a través de la automatización. Mientras que las grandes empresas tecnológicas –OpenAI, Google y Meta– continúan la carrera por conseguir herramientas más avanzadas que puedan manejar grandes volúmenes de datos, las empresas de diferentes industrias se valen de esta tecnología para ser aún más eficientes.
En este sentido la IA se está convirtiendo en una “commodity” para las organizaciones. Santiago detalla: “las empresas están buscando reducir el contexto de procesamiento de datos de la Inteligencia Artificial para que sea capaz de solucionar problemas puntuales con datos y documentación específica relativa a su día a día”. En esta fase, es crucial mantener la escucha constante sobre los procesos internos. En Interacso estamos desarrollando soluciones quirúrgicas y de pocas semanas de implementación para identificar y responder a necesidades urgentes. Por ejemplo, una empresa de distribución ahora utiliza la IA para atender pedidos internacionales 24/7, mientras que una compañía del sector industrial la emplea para monitorear sus piezas y detectar posibles fallos.
En definitiva, mientras que las grandes empresas tecnológicas persiguen la innovación, el resto de organizaciones se valen de esta innovación para hacer más rentables sus operaciones, en un primer paso significativo de adopción de esta tecnología. En el mapa actual de la IA, las herramientas de las grandes tecnológicas establecen la base sobre la cual las demás empresas construyen sus propias aplicaciones, es un gran sistema de retroalimentación que, en la opinión de Santiago, será imparable.