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GeneralLife@Interacso

Nunca desaproveches una buena crisis: El teletrabajo

By 13 marzo, 2020No Comments

Hay una frase que se difundió mucho en presentaciones y discursos tras la crisis del 2008 y que decía: “Nunca desaproveches una buena crisis”.

Obviamente esa crisis fue muy dura. Tuvo un gran impacto económico, así como en confianza y en empleo, pero también aprendimos mucho y mejoramos elementos clave de nuestra economía como nuestro sistema bancario. Además, sirvió como precedente y vacunación contra futuras locuras inmobiliarias.

Ahora estamos inmersos en otro Cisne Negro, en otra gran crisis, de alto impacto e imprevisibles consecuencias que conllevarán irremediables cambios, y que, como todas las anteriores, pasará, por lo que debemos sacar algunos elementos positivos. Uno de ellos va a ser el teletrabajo. Ni las apelaciones a conciliar mejor la vida familiar y profesional; ni la reducción de atascos o de contaminación en las ciudades; ni la proliferación en los hogares de sofisticados medios tecnológicos, nada de eso ha tenido la fuerza suficiente para impulsar esta nueva manera de trabajar como la que va a darle este virus.

Las medidas del cierre de centros educativos que dejaba a millones de niños en casa, la necesidad de cuidarlos, unido a las medidas de evitar aglomeraciones en transportes públicos u oficinas han llevado a “improvisar” medidas de “teletrabajo” en aquellos sectores en los que la “presencialidad” no era estrictamente necesaria.

Otras formas de trabajar son posibles a estas alturas del siglo XXI

Llegados a este punto, aun con herramientas rudimentarias y no óptimas para teletrabajar, como el uso del correo electrónico, muchas empresas y miles de trabajadores van a experimentar por primera vez, que otra forma de trabajar es posible a estas alturas del siglo XXI. Algunas de estas empresas tal vez investiguen un poco más y encuentren que el mercado ofrece, incluso gratuitamente, herramientas tecnológicas más optimizadas para crear organizaciones en las que sea indiferente si el trabajador está sentado a nuestro lado o a cientos de kilómetros y que el trabajo sigue saliendo. Las redes privadas virtuales, herramientas como Slack, Asana y decenas de otras soluciones llevan años entre nosotros y solo las nuevas empresas o las más avanzadas entre las tradicionales las emplean diariamente.

Por tanto, ahora que sabemos el QUÉ, será necesario trabajar desde casa al menos durante unas semanas por imperativo de la crisis, por lo que es el momento de mejorar y explorar el CÓMO. Y esto no se refiere solo a las herramientas, de las que hay a cientos, sino también al modo de gestión del trabajo.

Teletrabajar no es estar de vacaciones, ni tiene que ser perder el control de los trabajos que han de salir adelante, pero hay modos de dirigir más adaptados a este modo de trabajar, como el trabajo por objetivos, estableciendo claros plazos y resultados esperados. Por parte del trabajador requiere autodisciplina, para organizar su tiempo y cumplir los objetivos y las tareas cuando son necesarias y sin que el jefe esté cerca mirando, pero también requiere por la otra parte, por la dirección, organizar mejor el trabajo. Ya no vale improvisar y dar la nueva tarea que surge al primero que se encuentra en la oficina en ese momento, como es fácil hacer en un modelo presencial. Hay que planificar la semana, los objetivos y las tareas, como si estuviéramos en la redacción de un periódico componiendo el contenido. Hay que saber qué hay que hacer, cuándo y quién tiene que hacer cada tarea. La buena noticia es que también hay herramientas tecnológicas sencillas que ayudan a hacer esto y métodos de gestión del trabajo como el Agile que lo hacen eficiente y hasta divertido.

Teletrabajar es un compromiso por ambas partes, requiere confianza por un lado y responsabilidad por el otro. Tal vez no todos los trabajadores estén en
condiciones hoy de rendir en este nuevo modo de trabajar, ni todos los gestores sepan adaptarse con facilidad a esta situación. Pero más nos vale evolucionar, pues estas crisis pueden repetirse y estamos en el ensayo general de una nueva forma de concebir el trabajo. Esta crisis nos ha permitido experimentarlo queramos o no y la única forma de saber si algo nuevo es mejor es experimentándolo. Este va a ser el regalo de esta crisis.

Cuando la situación de emergencia remita, muchas empresas y trabajadores volverán a sus métodos de siempre, a sus oficinas y criticarán la experiencia, muchas habrán visto el potencial y ventajas de nuevas formas de teletrabajo y lo incluirán en sus planes y en sus reivindicaciones.

Teletrabajar es el equivalente a trabajar

Interacso es una empresa nueva, de apenas diez años de vida y para la que teletrabajar es el equivalente a trabajar, no concebimos otro modo desde nuestro nacimiento. Si quieres venir a la oficina para compartir la tortilla de los viernes con los compañeros vienes, si tienes a tu niño enfermo y debes quedarte en casa, trabajas igual desde allí. Si vives en Alicante, Almería o Barcelona estás tan conectado con tu equipo como el que está en la sede de Madrid.

Pero a veces queremos vernos, somos seres humanos y tenemos esa necesidad de contacto social, de tomar una copa con el equipo, de charlar y ver al resto y por eso nos juntamos en “quedadas” varias veces al año con los que están más lejos.

Cuando pienso en qué es para nosotros el teletrabajo me viene a la mente el gag de un humorista cuando decía: “fuimos a un restaurante a comer comida india, o cómo ellos la llaman, comida”. Esto es el teletrabajo para nosotros, una manera antigua y extraña de denominar al trabajo.